Terapia sexual masculina

Desmontando prejuicios y tabúes

Explorando la verdad de la sexualidad masculina

De la misma manera que nuestra sociedad patriarcal ha condicionado a las mujeres para vivir la sexualidad de una manera concreta (ser objeto sexual y no sujeto sexual, ser pasiva y no activa, no tener iniciativa, no disfrutar o no disfrutarla mucho…) también a los hombres se les exige vivirla de otras formas concretas.

La forma en la que un hombre “debe ser” en la relación sexual genera mucha
presión. Tiene que estar siempre dispuesto, tener SIEMPRE buenas erecciones
(mucho tiempo y mucha dureza), saber dirigir la experiencia sexual, proporcionar placer, etc. Este modelo patriarcal, que dice cómo debe o no debe ser un hombre sexualmente, nos afecta mucho como individuos y como sociedad ya que construye unos referentes y unos modelos, en este caso sexuales, muy difíciles de cumplir.

Ir al encuentro sexual con toda la PRESIÓN con la que van muchos hombres hace que, en muchas ocasiones, aparezcan bloqueos como la pérdida de la erección durante la relación sexual (gatillazo), la falta de deseo, no llegar al orgasmo (anorgasmia), o llegar demasiado pronto (eyaculación precoz)…

También es importante tener en cuenta, cómo fueron las primeras relaciones sexuales cuando aparecen en escena los bloqueos. Es desde estas primeras experiencias desde donde aprendemos a relacionarnos con la sexualidad y algunas veces o muchas veces estas primeras EXPERIENCIAS FUERON TRAUMÁTICAS (abusos, violaciones, ambientes represivos, castigos…). Estas experiencias, dejan una impronta en nosotros tan grande, que muchas veces nos dificultan relacionarnos de manera satisfactoria y sana. Y es justamente en esa impronta donde tenemos que trabajar para erradicar las dificultades que cada uno tenga.

Otro gran tema silenciado en los hombres es la ANDROPAUSIA. Igual que las mujeres, también los hombres viven cambios hormonales que comportan alteraciones físicas, psíquicas y emocionales, que comienzan entre los 40 y 50 años. Con la andropausia, encontramos a hombres que pueden desarrollar pérdida de libido, disfunción eréctil, pérdida de deseo y otros síntomas físicos y emocionales, como depresión, ansiedad, insomnio… Y esto no significa que se sea “menos hombre”, cómo sugiere el patriarcado. La ANDROPAUSIA es una etiqueta que defines una etapa evolutiva del hombre y que bien identificada y trabajada, si es necesario, puede ser muy beneficioso. Pues es a partir de este momento, cuando habría que redefinir la sexualidad con la que vamos a convivir, una sexualidad que hasta ese momento ha sido muy coitocéntrica.